COMENTARIOS AL LIBRO APRENDER A ESCUCHAR Enseñanzas maya-tojolabales de Carlos Lenkersdorf

COMENTARIOS AL LIBRO APRENDER A ESCUCHAR Enseñanzas maya-tojolabales de Carlos Lenkersdorf

Carlos Lenkersdorf inicia su libro haciendo una importante observación. Apunta que habían estudiado y enseñado en países de Europa y de América, que tuvieron excelentes maestros, pero que en ninguna universidad se les había enseñado sobre la cultura de los pueblos originarios del Anáhuac.

Señala que los anahuacas tojolabales de Chiapas, les enseñaron su lengua y su cultura, sin maestros y sin libros, apunta que sus maestros fueron “analfabetos”. Y los tojolabales les enseñaron porque Carlos y su esposa se acercaron a ellos pidiendo su instrucción. Siempre la gente “de razón” llega a las comunidades indígenas a “enseñarles” o a ordenarles, pero nadie había llegado a pedir instrucción. De esta manera “los tojolabales se transformaron en educadores y nosotros en educandos gracias a ellos. Un cambio que no se produjo por 500 años a excepción de contados ejemplos” (p15).

Lenkersdorf descubre la esencia viva de la sabiduría ancestral de la civilización del Anáhuac en nuestros tiempos. La Toltecáyotl implícita en la lengua y en la vida de los tojolabales de nuestros tiempos. Es la lengua la puerta de entrada para descubrir este maravilloso legado cultural, ajeno para la cultura dominante. “Así se nos abrieron y se abrirán perspectivas desconocidas y no soñadas que, además, nos hacen falta y que nos ayudarán a salir del provincialismo cerrado que caracteriza al país y a su cultura europeizada, por no decir euorcéntrica.”(p18)

Descubre Lenkersdorf que en el nombre que se dan a sí mismos, este pueblo milenario maya, define su cultura y ratifica la pertenencia a la civilización que lo generó. En efecto, en la lengua tojolabal significa: -tojo- como lo que esta es su plena realización o “cumple plenamente con su vocación” y -´ab´al- hablar-escuchar; entendido como los que escuchan, de modo que se puede traducir como el pueblo que dialoga en plenitud al “hablar-escuchar”.

Así los anahuacas mayas sustentan su cultura en el arte de escuchar, porque al “escucharse” la gente se “empareja” y al “igualarse” no existen los mandones, ni los pobres ni los ricos, campo propicio para que tome fuerza el “nosotros” y el “consenso”, estructura fundamental del comunitarismo y la democracia participativa ancestral. Lenkersdorf a través de la lengua tojolabal descubre lo que ha estado ahí durante siglos y primero los conquistadores y luego los colonizadores de ayer y de hoy, nunca han querido ni les ha interesado conocer.

El autor nos enseña que para conocer una cultura se debe hacerlo desde su propia “perspectiva” y sus significados. La cultura occidental que desde 1492 anda descubriendo y europeizando al mundo, siempre ha juzgado desde su perspectiva (eurocentrismo) y su escala de valores, asumiendo una posición de supuesta superioridad. Lenkersdorf nos enseña a través de inteligentes juicios y reflexiones que la cultura occidental es una cultura de sordos, en la que unos hablan y los otros obedecen. Una cultura sustentada en la dominación y sujeción del otro.

En efecto, en la lengua tojolabal existen dos sujetos en comunicación, “yo hablo y tu escuchas”. En las lenguas europeas según Lenkersdorf -que es lingüista-, la estructura es: “yo hablo y tú entiendes”, lo que implica un sujeto y uno objeto, una posición activa y la otra pasiva.

Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. Descolonizar es dignificar. No se puede hacer la descolonización con las ideas y categorías de los colonizadores.

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