Ha sido la cultura Occidental, la más nueva y menos evolucionada, la que, tratado de distorsionar el pasado ancestral de la humanidad, asumiendo que todo lo antiguo, por fuerza, es primitivo y poco evolucionado y que, Occidente, es la punta de la evolución humana, cuando es exactamente lo contrario, y para demostrar esta afirmación bástanos observar de manera analítica, la destrucción que ha realizado la Modernidad Occidental, en los últimos cinco siglos a partir de su expansión militar y comercial en todo el planeta.
De esta manera, podemos dimensionar el gran esfuerzo civilizatorio del Cem Anáhuac, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, por pasar de ser nómadas, cazadores y recolectores, a poseer una elevada y eficiente plataforma de sabiduría que le permite al ser humano en particular y a los pueblos en general, tener la posibilidad de satisfacer los requerimientos básicos indispensables para garantizar la plenitud armónica material, para iniciar la búsqueda de la trascendencia de la vida en el nivel de la conciencia en el plano energético.
El ser humano no solo es materia, sino también energía, y le es posible adentrarse en los campos de la percepción energética del mundo y la vida. Pude llegar a desarrollar niveles de conciencia y manipulación de su ser energético, lo que le abre un verdadero universo vedado para el común de las personas que solo se quedan en la percepción y vivencia del mundo material. Este es el mayor logro humano de todos los tiempos.
Los Viejos Abuelos toltecas, en los Tollanes, se dedicaron por siglos, a investigar y experimentar estos espacios de conocimiento. Esta sabiduría fue sistematizada y trasmitida de generación en generación, y de pueblos y culturas, razón por la cual todos compartían una misma raíz epistémica. La Toltecáyotl inicia con la invención de la agricultura, el maíz y la milpa, y termina, con la sabiduría para percibir el universo energético y la manipulación y trascendencia del cuerpo energético.
Los tres niveles superiores de la Pirámide de Desarrollo Humano tolteca, se construirán en el periodo llamado Clásico, del año 200 aC. al 850 dC. Será el fruto florecido, el vértice superior de su desarrollo. Este conocimiento, si bien, fue compartido por los pueblos y culturas más avanzados en el continente Abyanáhuac, no era de dominio común, era reservado para pequeñas elites de personas que se entregaban toda una vida con amor, humildad y pasión, para alcanzar la plenitud humana en niveles energéticos. Personas que se desprendían del mundo cotidiano de la materialidad mundana, para tratar de acceder a espacios impensables de la percepción humana.
Los tres niveles superiores de la Pirámide de Desarrollo Humano tolteca, estaban implícitos en tres maestrías o niveles de conocimiento y experiencia práctica. El quinto nivel se le conoce como la maestría de la conciencia del ser histórico. Lo que implica el reactivar la capacidad de reconectar la comunicación con nuestros difuntos y nuestros ancestros para recibir su sabiduría y su consejo para enfrentar los desafíos de la vida. Esta es la razón por la cual, los anahuacas mantienen la fiesta de los difuntos el dos de noviembre.
El sexto nivel implica la maestría de la sacralidad de la existencia a partir de activar nuestra relación energética y espiritual con el mundo que nos rodea. Entender que todo es en esencia energía y la energía tiene conciencia, por lo tanto la maestría de la sacralidad de la vida, implica asumir que todo tiene vida, el agua, los árboles, etc. Entonces el ser humano al tomar conciencia actúa en consecuencia, como tiene conciencia de que vive en un mundo sagrado, él actúa en equilibrio y vive como un ser sagrado en un mundo sagrado.
El séptimo nivel de la pirámide de la plenitud armónica tolteca es el más difícil y el que corona una vida de impecabilidad, sacrificio, humildad y responsabilidad existencial. La trascendencia de la existencia en el plano más elevado de la energía. La maestría del cuerpo energético implica la capacidad de manejar el cuerpo físico al máximo y al mismo tiempo manejar de la misa forma el cuerpo energético hasta fundirse con la energía rectora.
Luz y Guillermo Marin
Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización con los valores de los carceleros. Descolonizar es dignificar.